Tiemblan mis manos cuando sienten el vacío de las cosas que están cobrando forma de repente, entonces tal vez entienda un poco aquello que antes me parecía absurdo, ahora todo cae de repente y es una lluvia de atardeceres que se mezclan con mañanas.
No entiendo a veces el sentido del reloj, suele parar un poco y de repente girar sin sentido, mas de vez en cuando lo he visto como de pronto regresa atrás y al darse cuenta que lo estoy mirando regresa a su sentido habitual de girar.
Tengo una especie de "revenir" en mis dedos, como un sueño que de pronto se devela en la realidad y se entiende el efecto de aquello que no se tomaba en cuenta.
Un hilo se sangre cae desde mi pecho girando por mi vientre, fluyendo lento, palpando cada centímetro de piel que deja atrás, hundiéndose en el fondo de mi esencia hasta finalmente hacer un océano de sangre a mis pies.
Yo no pienso en cuantos soles pudieron tener razón de morir y vengarse al estallar como supernova, no lo pienso porque no tengo la certeza de ello. Tal vez algún día el sol que me toca se convierta en una estrella enana, pero de nada sirve pensar en un tiempo sin conjugar.
Lloro a veces cuando se hace de noche y no tengo en mis manos la certeza del viento, ni la seguridad del agua, únicamente el fuego que se enciende y se apaga, solamente el polvo que siempre cubre mis labios, que me impiden hablarle a la nada.
Puedo ver caer la piel debajo de mis ojos, poco a poco todo se nubla, la noche se duerme en mis párpados y me dejan sembrando ecos de voces que ya no reconozco.
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