21/4/09

Errantes



El niño cansado de llorar dormía junto al fuego que se encontraba en medio del bosque.

Kixol su abuelo, recordaba cada uno de los eventos que los habían dejado en ese lugar, alrededor del fuego había pequeños grupos, eran las familias de su clan que habían tenido que partir en busca de un nuevo hogar.

El gran anciano se acerco al fuego, vio al niño que dormía, se sentó con la piernas cruzadas, avivo el fuego y hablo:

- Kixol... es tiempo de que te entregue el corazón de piedra. ¿Sabes lo que significa?

Pero el no respondía, no era un hombre anciano, pero pronto lo sería, los días anteriores solo habían traído dolor y sufrimiento para el, ahora solo tenia a ese pequeño que dormía placidamente junto al fuego.

El gran anciano saco de una bolsa de cuero la piedra, se la puso junto al pequeño y le dijo:

- El ha sido elegido y lo sabes bien. Las señales se han cumplido, tienes que alejarte del clan, prepararlo para la batalla final, el es el único que podrá vencer al Gran Fuego de Piedra.

- ¿Pero porque a el? - Pregunto con voz baja Kixol.

- Todas las señales se han cumplido, el es el único primogénito huerfano de las ultimas lunas.

- ¿Qué debe saber? ¿Qué debo enseñarle? - Le cuestiono mirándolo a los ojos.

- Eso no lo sé tampoco yo. Pero para evitar la desgracia de nuestro clan deben alejarse de nosotros, recuerda que el es el hijo del fuego, pero el pequeño no debe saberlo, nunca.

Kixol tomo el corazón de piedra que en ese momento comenzo a brillar a la luz del fuego, lo cubrió con el tejido de pesca que amarro a su espalda, tomo al niño en brazos y partió en la oscuridad.

Solo el gran anciano se despidió de el, los demás miembros del clan, lo vieron partir y antes de que pudieran perderlo de vista el corazón de piedra se ilumino, dejando la estela del camino de los ahora errantes.

1 comentario:

Anónimo dijo...

visto desde otros ojos...
y la historia continua!
saludos
benn!

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