De 27 a 28

Cierto es que todo prometía para ser bueno al comienzo de mi cumpleaños 27, pero realmente no fue como me lo esperaba, no disfrute de muchas cosas en su momento cuando eso debió ser mi propósito final. Debía de pasármelo bien aun cuando el fin de una etapa fuera inminente.

Pero no, me dedique a negar el hecho e hice todo lo posible para evitarlo, pero eso no ayudo de mucho para evitar algo que desde hace mucho tiempo sabía. Y es que después de tanto tiempo tengo que reconocer que ese trabajo me llegó sin buscarlo, pero sobre todo porque aprendí mas de lo jamás pudiera haber imaginado.

Y es que conforme junio se acercaba mi stress iba en aumento y eso termino por ocasionarme migrañas que me producieron fotofobia durante casi dos meses. Al llegar el verano decidí quedarme en un estado de hibernación, no tenia trabajo y no tenia ganas de buscarlo, así comencé una bitácora en línea que describió mucho de lo que me sucedía en aquel entonces, pero con el tiempo fue evolucionando hasta ser algo diferente completamente y creo aun sigue en evolución mi pretensión de escribir nada, porque bien que mal así fue como una parte de mis letras se quedo en las calles de Madrid en una noche en negro de septiembre.

En este año tuve mas noción acerca de lo que es perder a alguien sin tener la posibilidad de despedirse, creo que he aprendido a agradecer a tiempo, pero sobre todo a amar, querer y apreciar a las personas en tiempo presente, a quedarse con cosas por decir y sin posibilidad de expresarlas.

Si bien todo eso que sentía coadyudo a generar una mezcla extraña de cosas, que me impedían mi actuar normal, pero por suerte existió gente paciente que estuvo ahí para hacerme pensar en otra cosa, hubo gente que cuando estuve mal me dieron una voz que me ayudo a controlar mi neurosis. Era difícil supongo acostumbrarte a un nuevo empleo, a una nueva rutina, a darte cuenta de que el pasado esta bien lejos y que solo nos queda el hoy, el ahora... pero sobre todo el mañana.

Hace un par de meses volví a encontrar mi centro y desde entonces he procurado mantenerme en equilibrio, que aunque no es fácil con todo el universo de imaginación que tengo, finalmente pude explicarme y comprender que aun cuando hay demasiadas cosas en el aire, solo puedo respirar las que tengo a mi alcance. Y sobre todo que debo procurar a quienes tengo a mi alrededor ahora y aprendí que debo estar bien plantado en el suelo para no mal viajarme, para no divagar tanto.

Como para cerrar con broche de oro se me ocurrió presentar el examen de titulación, lo cual únicamente me trajo de bueno el reencontrarme con gente del pasado y darme cuenta de que hace diez años que a muchos de ellos no los veo pero saber que en el fondo siempre existirá esa buena vibra entre nosotros y sobre el examen sospecho que mis resultados no serán muy positivos, pero afortunadamente he aprendido mas de lo que suponía al regresar a un estadío que había olvidado por completo.

Así es que estoy aquí a mas de una semana después de cumplir otro año, redactando como fue el paso de 27 a 28... y contando.