3:30 a.m.

Son las 3:30 a.m. de una noche que fue mas corta de lo que esperaba. La cena con los amigos donde nos damos cuenta de que ahora solo hablamos de cosas demasiado adultas, donde reconocemos lo cercanos que estamos a los 30's, de lo aburrido que puede ser crecer.

Donde el amor y el futuro se cuestionan, donde todo se cuestiona menos la razón por la que los cinco en la mesa aun seguimos saliendo después de un hijo, después de un matrimonio, después de relaciones sin compromisos, después de seguir exactamente igual y haber cambiado tanto al mismo tiempo. Y seguimos juntos cuando cada uno tiene una vida que tal vez desconocemos, pero que hay cosas que nos unen simplemente y no nos preguntamos nada mas entonces.

Una cena con las misma preguntas de siempre, las mismas respuestas de siempre, la misma incertidumbre de siempre, pero cada vez mas viejos, cada vez mas separados por el tiempo y el espacio pero por eso mismo seguimos saliendo juntos.

He intentado en esta noche aprender a seguir el beat que no encuentro en el sonido, mientras una voz lejana me explica el sentido de la música, que ahora cobra un nuevo sentido a mis oídos, todo deja de ser lo mismo para tener detalles imperceptibles que hacen de las cosas ser únicas.

Y mientras el tiempo pasa en este sitio desde donde me lees, sé que me vuelvo cada vez mas frío, mas alienado, cada vez mas ido del contexto del resto del mundo. Tal vez sea que solo sea un desvarío del sueño, tal vez sea que ya están cerca las cuatro de la mañana y aun sigo escribiendo sin sentido.

Y ya no quiero pensar en nada, y finalmente escucho el beat asincopado que se escapa de mi reproductor de música mientras me doy cuenta de que el sueño esta por vencerme.

¿En donde estaré mañana?